OBJETOS ICÓNICOS DEL CINE
Caja Lemarchand
La Configuración del Lamento, La caja negra o Caja Lemarchand, es un rompecabezas de ficción, creada por Clive Barker, y que aparece tanto en Hellraiser (novela y homónima) como en distintas secuelas y obras derivadas.
Sin duda uno de los objetos más peligrosos de la historia del cine es esta pequeña caja que sirve para que los cenobitas o demonios penetren en nuestro mundo. En el film se recreó este misterioso portal o llave en forma de cubo. Un dispositivo místico/mecánico que actúa como una puerta o como una clave de una puerta (a otra dimensión o plano de la existencia) La solución del rompecabezas crea un "cisma" o abre un camino a otras dimensiones a través de las cuales puede viajarse en cualquier dirección. Los habitantes de estos otros reinos, los cenobitas, pueden parecer demoníacos a los seres humanos.
Aparece como un antiguo cubo de madera negro lacado, estilísticamente inspirado en las cajas de rompecabezas del antiguo Japón, con una mano de obra sin precedentes. La Configuración del Lamento es un tipo de caja oriental ficticia, tiene forma cúbica, y en la misma hay que resolver un rompecabezas muy complejo. A la manera de un cubo de Rubik cada vez que mueves una pieza de forma correcta suena una nota musical. Esto está inspirado un juego que el abuelo del director y escritor Clive Barker le regalo cuando era niño. Solo que para la película, lo tuvo que presentar de una manera más llamativa.
Fue creada en el siglo XVIII por Paul Lemarchand, mencionado por primera vez en Hellraiser; luego renombrado Phillip "Toymaker" (juguetero) L'Merchant en Hellraiser: Bloodline.
Una diferencia importante entre el libro y las versiones del cine (aparte del nombre) es que la versión cinematográfica de la caja se retuerce en nuevas alineaciones o formas, mientras que la versión de la novela se desmonta y monta completamente. La versión cinematográfica también está acabada en bronce u oro, y parece haber símbolos arcanos grabados en su superficie. La versión de la novela es completamente lisa y no tiene diseños evidentes, con la excepción de un casi imperceptible grabado a lo largo de las costuras entre las piezas, pero que parece mostrar los rostros de sus víctimas en la reflexión de la luz sobre sus superficies.
Comentarios
Publicar un comentario