¡Y nació el cine!

 

¡Parece que fue ayer! ¡y ya han pasado 129 años! París, a finales del siglo XIX vio nacer el cine de la  mano de los hermanos Auguste y Louis Lumière, hijos del dueño de un estudio fotográfico y residentes en Lyon.





Los inventores del cinematógrafo, decidieron un 28 de diciembre de 1895, presentar al público en el Salón Indien, del Grand Café de París, un aparato que mostraba, según ellos, "visiones fotográficas animadas". 



            

              



Por solo un franco, uno podía disfrutar de una breve programación con 10 cortometrajes, de menos de un minuto de duración cada uno, rodados en 35 mm y con ¡20 metros de cinta!






                                         


De 18:20 a 18:50, estos primeros 33 asistentes fueron testigos de una sesión que ha pasado ya a la historia del séptimo arte.







    

1. La salida de los obreros de la fábrica Lumière


Las puertas de la fábrica Lumière que dan a la calle Saint-Víctor se abren para que al final de la jornada laboral, salgan los trabajadores de la misma ¡primero los obreros y al final los directivos! Hay tres versiones diferentes pero la que nos interesa se rodó en marzo de 1895 y los trabajadores llevan puesta ropa de invierno.




2. Acrobacia aérea


En Rhone-Alpes, de Lyon, un hombre intenta subirse a lomos de un caballo fracasando varias veces. Al séptimo intento y tras haberse llevado un buen rapapolvo por parte de uno de los dos testigos, consigue sentarse en el animal. Puede tratarse de un soldado que practica junto a otro compañero y el capitán lo está instruyendo. En otro cortometraje que analizaremos después vemos también a unos soldados practicando una actividad distinta.


                                                          


3. La pesca de los peces rojos


En Lyon, Auguste Lumière sostiene a su hija Andrée que intenta coger algún pez rojo del interior de una pecera colocada sobre una mesa. Su hermano Louis rueda el cortometraje mientras en ocasiones la niña mira a la cámara. 







4. El desembarco del congreso de fotografía, en Lyon


El 11 de junio de 1895, Louis Lumière rueda el desembarco de los participantes del congreso de fotografía para las Sociedades Francesas de Fotografía. Hombres y mujeres en fila bajan del barco, cargados con su equipo mientras al fondo se contempla el puente Pasteur en Neuville-Sur-Saone. Entre ellos están su hermano Auguste y Jules Janssen, presidente de la Sociedad Astronómica de Francia.


 

                   

        

        


5. Los herreros 


Dos herreros trabajan en una fragua de Monplaisir, en Lyon. Mientras el maestro martillea el metal en el yunque e introduce este en un balde de agua que provoca una nube de vapor, el aprendiz acciona el fuelle a su lado. Podemos estar viendo el primer remake de la historia ya que en el año 1893, William K. L. Dickson dirigió, mientras trabajaba para Thomas Edison, Blacksmith scene, una escena de interior con tres herreros. 



                      

                           



6. El jardinero

 

Rodado en el jardín de la villa de los Lumière en La Ciotat, este cortometraje contaba con su jardinero Jean-François Clerc como protagonista y con el joven León Trotobas, electricista de 22 años de su fábrica, como compañero de esta primera escena slapstick del cine. Habían pensado primero en Edouard, hijo de Louis Lumière para este papel pero al tener solo 10 años era muy pequeño para realizar una de las acciones de la misma ¡la de pisar la manguera y aguantar la presión! En este jardín, el trabajador está regando las plantas cuando de improviso se da cuenta de que el agua ha dejado de salir de la manguera. Cuando mira la boca, el joven que ha pisado esta, deja de hacerlo provocando que el chorro de agua salga a presión y moje su rostro. El jardinero persigue al chico y cuando lo atrapa le castiga tirándolo de las orejas y dándole unos azotes en el trasero. Seguramente Auguste y Louis Lumière conocían la tira cómica de Hermann Vogel, pulicada en 1887, donde aparecía una escena idéntica. Se sabe que El regador regado, de 1896, contaba con el mismo protagonista y un nuevo joven con la identidad de Benoit Duval, carpintero de la empresa.




               





7.  La comida



Sentados alrededor de una mesa, Auguste Lumière y su esposa Marguerite dan de comer a su hija Andrée ¡en realidad es el padre quien consigue que el bebé tome galletas y papilla de un plato! Solo la niña parece pendiente de la cámara, sus padres sin embargo parecen ajenos a ella y no la miran en ningún momento más pendientes de que Andrée desayune.




                                                                                   



8. El salto en la manta


De nuevo un militar intenta hacer un ejercicio ante la atenta mirada de su capitán que le da patadas en el trasero cuando fracasa. En el quinto intento, el soldado acaba sentado en la manta que sujetan cuatro de sus compañeros en ese patio descubierto. 



                                                                 

 


 9. La Plaza de Cordeliers, en Lyon


En esta plaza de Lyon, Louis Lumière rueda un cortometraje en el que vemos como pasean los transeúntes por las aceras de sus calles y circulan transportes públicos y coches particulares tirados por caballos ¡uno de ellos fue el que asustó a un asistente de la sesión y no ningún tren llegando a la ciudad!




                                                                


10. El mar



Una mujer y cuatro niños ¿sus hijos? se bañan en el mar  tirándose a este desde un trampolín o puente de madera. Los cinco repiten la acción varias veces entrando y saliendo de las aguas embravecidas hasta que acaba el cortometraje.




                                                                                  


Como hemos visto, Louis Lumiere es el que rodó todos estos cortometrajes en donde a veces aparecían personas de su familia como su hermano, su cuñada o su sobrina y gente de su alrededor como jardineros, obreros de su fábrica o vecinos de Lyon. En este alumbramiento del cine, las obras son de corta duración, sin sonido y casi todas sin guion. El cinematógrafo colocado en el suelo, en lugares de interior o exterior, capta y muestra la realidad tal y como la vemos sin truco ni cartón y en plano fijo. Las acciones en las escenas se repiten varias veces llegando en ocasiones a buen puerto como un manteo o sentada sobre un caballo. Varias de estas pequeñas obritas en el futuro más inmediato tuvieron nuevas versiones por parte de los mismos directores con pequeños cambios como La salida de los obreros de la fábrica Lumière o El regador regado.


















 








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