¡Hoy nos vamos al cine!            VOTEMOS



                                                           Esto no va del ascensor


Todos hemos asistido alguna vez a una reunión de vecinos o al menos nos han contado como son. Rara vez se usa la casa de un propietario o inquilino como sala ¡normalmente es el rellano de la escalera o portal! y los temas a tratar son super aburridos como derramas para acometer reformas en el edificio o votaciones sobre cualquier novedad que afecte a los vecinos del inmueble. El presidente y a veces un secretario se ocupan del orden del día y conducen la reunión y los tiempos de la misma. 

En esta que se da en un pequeño edificio con solo siete vecinos, lo que comienza siendo aburrido y guardando unas formas se convierte en una auténtica locura donde puede pasar cualquier cosa agradable o desagradable y donde los cuchillos se lanzan a diestro y siniestro. Las apariencias engañan y lo que parecía buena concordia y diálogo entre personas civilizadas de pronto muta a una batalla física e intelectual con numerosas víctimas caídas en los bordes del camino. Después de pasar el algodón, el engaño es harto evidente y cada uno de ellos sacarán todos los trapos sucios de sus vecinos que son muchos y ninguno es secreto. El pequeño salón de repente es un ring en donde los púgiles combaten con guantes de arena y descansan brevemente en sillones retro ya pasados de moda.





En esta junta de vecinos hay edades muy dispares y generaciones tan distintas que dialogan y debaten en falsa armonía presagiando una tormenta de imprevistas consecuencias para todos ellos. La tensión se corta con varios cuchillos, los prejuicios emergen con fuerza y estos Pinochos con nariz corta y sin Gepetto que los llore, amenazan con relámpagos en una noche a oscuras con intermitencias. 

Es difícil posicionarse y empatizar con uno solo de ellos porque son tan parecidos a nosotros en tantas cosas que asusta a veces en lo que nos convertimos. Somos en ocasiones jueces y verdugos en decisiones injustas que no nos competen ¿Quién no ha transgredido la ley en asuntos menores que no hacen daño a nadie? ¿Quién no ha espiado a los vecinos o ha escuchado accidentalmente cosas que deberían mantenerse en silencio? ¿Quién no arrastra problemas con miembros de su familia de los que nunca habla con ellos? Nuria, Fernando,  Ricardo, Maite, Alberto, Lucas y Lola son capaces de cualquier cosa por salirse con la suya demostrando su egoísmo y poca empatía con problemáticas o inquietudes actuales de la sociedad española. La pornografía, la prostitución, la salud mental, la soledad o el egocentrismo, la vivienda, el feminismo o el divorcio asaltan esta película del director Santiago Requejo que comenzó como corto, luego como obra de teatro y finalmente como esta película cómica con algunos momentos dramáticos y duretes que abren puertas al sabio debate entre los espectadores. Son motivos de disputa y confrontación sin argumentos sólidos por ninguna de las partes o ¡tristes revelaciones de la fragilidad humana y su infelicidad!








Lo importante nunca fue el arreglo del ascensor, ni la votación democrática de una obligada reforma, lo que verdaderamente resuena en los pasillos de esa vieja casa sin luz, son voces que piden ayuda a gritos sordos para que los nervios se calmen. Yo si os creo, hermanos ¡estamos pasando una época un tanto crítica! Da igual que seamos ricos o pobres, cultos o ignorantes, hay problemas que merecen solucionarse unidos y alejados de una política actual que más que abogar por la confraternización dirige sus miras y objetivos a la deshumanización y el aislamiento porque ya se sabe que es más fácil controlar a uno que a muchos unidos ¡divide y vencerás!










Comentarios

  1. Esta crítica se ajusta perfectamente a la temática de la película, más acertada no puede ser.

    La película da visibilidad a los prejuicios que la sociedad tiene hacia los problemas de salud mental,nos mostramos empáticos hasta que los tenemos en nuestras vidas pensando que pueden suponer un peligro para nosotros mismos cuando quizás es todo lo contrario.

    A partir de la temática que supone el hilo conductor sobre los prejuicios que no mostramos abiertamente,se descubren muchos más,los cuáles representa cada personaje.

    Qué fácil es juzgar a los demás y qué difícil mirarnos a nosotros mismos.

    Enhorabuena por tu crítica.
    Acertada,clara y objetiva.
    Sigue, te sigo leyendo y gracias por aportar realidad a lo que no queremos ver.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares