ARTE Y CARTEL




Cómicos caricaturizados

 

 

¡Francia quería reír! Gaumont, Pathé Freres y Cinema E-Clair se pusieron enseguida manos a la obra. Antes de la Gran Guerra, se rodearon de los mejores cómicos del país, hombres, mujeres y niños y rodaron cientos de películas donde el humor estaba presente. Entre todos ellos destacó el gran Max Linder, un actor que llegó al cine en 1905 y pronto se convirtió en referente, llegando incluso a influenciar a Charles Chaplin quien dijo de él que era su maestro. Siempre vestía como un dandy, con su traje y sombrero de copa y acababa metido en numerosos líos ridículos. No le hizo ascos a ninguna productora y trabajó sobre todo para los directores Georges Monca , Lucien Nonguet y Louis J. Gasnier junto a actrices como Gabrielle Lange, Paulette Lorsy o Stacia Napierkowska.

Este primer galán de cine francés fue inmortalizado por affichistas como Adrienne Barrere, Daniel de Losques o Maurice Mahut.

 

 

 

                                      

 

Adrien Barrere (1874 - 1931) llegó rebotado a la pintura después de haber fracasado en la medicina y la carrera de derecho. Enamorado de la caricatura, ilustró además de revistas satíricas, carteles para el teatro, publicitarios de marcas y figuras del mundo del espectáculo, incluidos actores y actrices del séptimo arte. Además de a Max Linder, también dibujó con gran maestría a otros cómicos como Charles Prince, como el bueno de Rigadín, Andre Deed, interpretando a Boireau, el pequeño Bebé u otros menos conocidos como Bigorno, Tom Pouce, Romeo o Dranem a los que también retrató individualmente en forma de caricatura deformando en exceso sus rasgos más característicos. Algunas de las primeras películas con baile en pareja o en grupo también contaron con carteles firmados por este artista como la célebre La Fievre de l ´or o Bal costumé.

En el primero Stacia Napierkowska baila el número de El triunfo del Becerro de Oro vestida como mujer camboyana junto al cuerpo de baile del teatro Olympia de París. Con sus ricos vestidos dorados mueven brazos y piernas al compás en una danza exótica.

En el segundo, del mismo año 1912, Émile Milo y Mistinguett disfrazados de prostituta y apache, delincuente, bailan un acelerado vals en una sala llena de invitados a la fiesta antes de llevarse una sorpresa al llegar a casa.

En los dos affiches el suelo casi hay que imaginárselo con los bailarines principales en un primer plano, levantando alguno de sus pies en el aire y un segundo plano con acompañantes. Todos tienen los ojos abiertos menos alguno principal y sus rostros siempre muestran unas mejillas sonrojadas. Son grandes figuras con piernas y brazos larguísimos delimitado su contorno con una gruesa linea negra.

 

 




 

El aspecto con el que Max Linder aparece en estos posters no siempre es el mismo. A veces viste con su acostumbrado frac, pantalones rayados, botines, bastón y sombrero de copa y otras veces disfrazado de mujer o de algún otro personaje, como una inmóvil armadura. Puede acabar metido en un armario, tirado en el agua, patinando o espantando gatos ¡cualquier cosa con tal de hacernos sonreír!



                                     



En 1911 se estrena Max Linder en convalescence, donde el recuperado Max ha llegado a la casa familiar para visitar a sus padres y a su hermana. Alguna de las mascotas como por ejemplo su perro Beaver se alegran de verlo pero el caballo que ellos poseen comienza a hacerle trastadas a cual más graciosa. Por ejemplo le muerte, le tira de la silla y acaba lanzándolo al agua del río donde él estaba pescando. En el póster Max se cae del tablón de madera al quitar el caballo la gran maceta que hacía contrapeso. En ningún momento está en la escena Beaver ni hay un campo alrededor sino una carretera o camino empedrado. En todo lo demás Barrere es fiel a la fotografía con la que seguro contó a la hora de realizar este encargo.

 

Ese mismo año también él dirige dos versiones de Max y su suegra, en la primera vemos que esta molesta mujer no deja estar solos al protagonista y su esposa que acaban de casarse, molestando a cada minuto. Para vengarse de ella, se lleva a las dos de luna de miel a la montaña nevada a practicar deportes de invierno como patinaje o esquí. En la segunda versión un oso ataca a la madre de su mujer y esta sale corriendo despavorida. Barrere se ocupó del cartel de la segunda mientras que Daniel de Losques aceptó el encargo de la más aventurera.

 



 

 

Al año siguiente es un enamorado galán que atrapa al tutor y pretendiente de su chica en el baúl de su casa. Al final Max y Lydie consiguen que les de su bendición y puedan casarse. En la litografía están los tres personajes de este trío amoroso junto al gran baúl y debajo de ellos se encuentra una sierra con la que han hecho los agujeros por donde el hombre ha sacado la cabeza y las dos manos. En el corto la posición es distinta así como el fondo con una estantería llena de objetos.

 


                                       

 

 

Durante toda la película de A Max no le gustan los gatos, de 1913, nuestro amigo se la pasa encontrándose a estos mininos por todas partes molestándole, primero obstaculizándole a la hora de darle un beso a su enamorada, Violette que es dueña de uno de ellos, destrozando la mesa con la comida y después cuando se desperdigan por toda la casa. En un viaje que ellos realizan a Cannes, Max decide esconder al felino en el piano ¡bueno lo oculta el mayordomo! y a su regreso comprueba con estupor que el gato ha tenido familia saltando todos del interior del piano. Mientras en la película su esposa se encarga de ir recogiéndolos, en el póster de Adrien Barrere solo está él y los gatos negros que en nada se parecen a los que salen allí. De nuevo la figura posee un cuerpo desproporcionado y una postura para nada natural. Usa siempre los mismos colores, azules, rojos, verdes y amarillos y una inexistente profundidad en la imagen representada.

 

 



                                    


 

También de 1913 es la película La inauguración de la estatua en la que Max se disfraza con una armadura para ir a un baile en la ópera. Borracho es robado y trasladado por unos delincuentes al museo del Louvre donde es confundido con la estatua del caballero Bayard que va a ser inaugurada por el Ministro de Guerra !Ese es el momento que se ha pintado!

 


 


Antes de la guerra, donde Max quedó muy tocado, le dio tiempo a rodar muchas más películas cómicas como esta Max joue le drame, de 1914, para la Pathé también. Vestido como el marqués de Monpitchoune en tiempos de Luis XIII, actúa para sus amigos en una obra de teatro casera que acaba pasada por agua. En vez de ser una obra dramática por la muerte de una mujer y el suicidio por veneno del protagonista se convierte en una divertida historia con un auricular de teléfono que se le engancha en el pelo o un baño con manguera que recuerda al primer gag del cine. Con él pudo despertar a los espectadores que se habían desmayado antes ¿Dónde está el apuntador? No se le ve dictándole las frases que tiene que decir. Barrere se ha inventado un personaje en su póster.

 

 


 


 

 

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