ARTE Y CARTEL
Pathé Freres y Gaumont en competencia (Parte 5)
Para el film Germinal, de la obra publicada en 1885 por Emile Zola, no solo Faria realiza un cartel. A él se le suman otros artistas menores cada uno aportando una visión distinta de la película de Capellani.
La novela que trataba sobre una huelga de mineros en el norte de Francia en la década de los sesenta, una mezcla de La greve o Au pays noir, de Ferdinand Zecca, en 1863. El bueno de Etienne Lantier comienza a trabajar en una mina de carbón que le indica el abuelo de la familia Mahou, el viejo Bonnemort. Jubilado se encuentra sentado a las afueras y conoce a Etienne que anda parado y buscando empleo. Esta es la escena que el cartelista Raoul Vion dibuja para el film de Albert Capellani. Al fondo del mismo el paisaje no puede ser más desolador y triste con las altas torres de electricidad y las chimeneas echando humo y fuego sin cesar ¡un auténtico infierno en La Tierra!
Cuando se produce una inundación en la mina por un sabotaje tras la matanza de los huelguistas, Etienne y Catherine tienen que sobrevivir bajo tierra acompañados de Chaval.
El cartelista R. Freida ha pintado la oscura escena post muerte del malvado compañero, flotando el cadáver sobre el agua junto a ellos. Con los ojos cerrados la joven está próxima a morir pero aún conserva un hálito de vida. Es muy sentido el grito que Etienne lanza en el affiche, bastante más contenido en el film.
Dos estilos muy diferentes los de Raphaël Freida (1877-1942) y Raoul Vion, El primero al que le encantaba el grabado, estudió en la Escuela de Bellas Artes de Lyon y estudió en París con Jean-Paul Laurens al que le encantaba pintar escenas históricas. Ilustró libros como El jardín de los suplicios de Octave Mirbeau, en 1927 y dibujó las miserias de la Primera Guerra Mundial con una serie de rostros mutilados de soldados. Es por ello que sus obras contienen una gran carga de sentimientos y una expresividad mayúscula. Sus muertos nos transmiten un sentimiento de pena muy realista y los vivos sufren angustiados y gritan sus lamentos a los cuatro vientos. No le importa representar el desnudo con unos cuerpos en los que la anatomía es remarcada con líneas negras gruesas y sombreados oscuros (músculos y huesos) Los títulos a veces hasta parece que estén ardiendo como en el caso de La guerra du feu, de Georges Denola.
Raoul Vion es otra cosa. Sus figuras humanas y paisajes son mucho más contenidos en el sentimiento y marcan contornos con líneas gruesas negras como los sombreados sin mancha.Su firma también lo es al subrayarse entera.
Para Los miserables, de Victor Hugo, versión Capellani, además de Faria, conocemos el trabajo en poster promocional de F. Chalicarne, Louis Malteste y el propio Raoul Vion.
El primero gracias a la fotografía de Etienne Carjat (d ´aprés phot. CARJAT) firma un affiche con el retrato de medio perfil del escritor Victor Hugo con un fondo neutro.
Jules Malteste conocido como Louis Malteste (1862-1928) pinta a Jean Valjean, un fantástico Henri Krauss que en el primer episodio llega a Digne y conoce al obispo Bienvenue Myriel que hace que deje su anterior vida de ex convicto atrás. Leemos por primera vez una frase que se repetirá en cada uno de las otras litografías: D ´APRES L ´IMMORTEL CHEF-D ´OEUVRE DE VICTOR HUGO
Este artista que además escribió novela, fue otro de estos franceses que vivieron y trabajaron en París, con obras en publicaciones de humor y creando carteles para el cine o postales. Retrata en numerosas ocasiones a los más desfavorecidos con sumo respeto y realismo contenido ¡dignos en sus miserias!
Raoul Vion sin embargo retrata al policía Javert que patrulla y persigue a Jean Valjean por las calles de Montreuil-sur-Mer, cuando Valjean es alcalde del pueblo y de París cuando huye con Cosette.
Rocámbole, era un personaje que venía de la literatura, concretamente del escritor francés Pierre Alexis Ponson du Terrail, del siglo XIX. Este aventurero y ladrón de guante blanco extraordinario interpretado por Gaston Sylvestre será protagonista de tres películas de Georges Denola entre 1913-14. Louis Gallicelo, abusa de los colores brillantes y el sombreado coloreado con tonos verdosos a la manera expresionista. El suelo ondulante y el cielo anaranjado sin duda nos lleva a pensar en el postimpresionista Van Gogh y en obras clave de la historia del arte como El Grito de Edward Munch.
La firma también es de color rojo a juego con el póster ¡algo distinto! para un cartelista que no tuvo solo como cliente a Pathé Freres o Ferdinand Zecca sino que trabajó para otros como Lux Film.
El segundo artista más importante que trabajó para la Pathé después de Faria fue Vincent Lorant-Heilbronn. Este ilustrador y pintor francés, nacido en 1874 y fallecido en 1912, comenzó a realizar encargos de la productora Pathé a partir de 1902 trabajando solo para ellos solo diez años. No obstante le dio tiempo a diseñar un buen número de carteles para films de temática muy variada como los históricos Au temps des pharaons, de Gaston Velle, siguiendo la moda de lo egipcio, los basados en personajes literarios como Beatrice Cenci o los bíblicos con la historia de José y sus hermanos o de Jäel y Sísara, por ejemplo. Su pintura abraza el art nouveau que tan de moda estaba en Francia por esos años. Es por ello que todos sus carteles cinematográficos se caracterizan por un inusitado interés por las formas naturales, un decorativismo exagerado, sobretodo en las arquitecturas pintadas que enmarcan las escenas, quizás su rasgo más personalmente original y el uso de una amplia paleta de colores brillantes. En todo lo demás no se separa del modelo establecido para este tipo de carteles de films artísticos. Incluso cuando trabajó para Film d ´art llevó consigo su técnica como en el affiche de Dans l ´Hellade.
Normalmente suele colocar a la izquierda a un personaje de pie que señala a otro sentado o tumbado a la izquierda. Puede ser la asesina Jaël, mostrando el cadáver de Sisera al que acaba de atravesar el cráneo con un grueso clavo, Gurzyl junto a Elissa que mira al faraón Ramsés antes de lanzarle la jabalina o uno de los hombres contratados por Guido, amante de Beatrice que se dispone a matar a su padre Francesco, en el castillo de la familia.
Su firma, normalmente en la parte inferior se escribe siempre con letras mayúsculas alargando algunas letras como la v, la l, la r, la t ,la h y una penúltima n.
En el film de Charles Decroix de 1909, Dans l ´Hellade, Stacia Napierkowska baila junto a un griego en un paisaje bucólico paseando al lado de una escultura griega de un fauno que sonríe y rodeados de columnas.
Impresionan los detalles del vestido de la mujer, un prodigio en la representación del plegado que parece pegarse a la piel y marcar toda su anatomía.
Sus carteles de films fantásticos o de espectáculos de la vida moderna francesa siguen esa moda de la que Pathé es el rey.
En el de El castillo encantado, de Segundo de Chomón, Vincent Lorant-Heilbronn consigue crear una atmósfera asfixiante para los dos caballeros que han llegado al castillo, sin olvidarse de su estilo, recreación en las arquitecturas antiguas, aquí medievales ¡atención a los capiteles esculpidos con imágenes del demonio, muy románicas! y la minuciosidad a la hora de pintar con detalle a las figuras y todo aquello que los rodea incluidos tejidos y metales, como por ejemplo la armadura brillante y sombreada de uno de los valientes hombres. El enano que les desafía está en continuo movimiento y la bella mujer de las llamas levanta uno de sus brazos intentando captar su atención mientras los fantasmas sobre ellos parecen querer abandonar el lugar de acomodo adoptando el color grisáceo que será una constante para este tipo de seres de ultratumba.
En Le faune, de Gaston Velle, en 1907, el corro de ninfas bailan como sino hubiera un mañana en un cuento mitológico con los amantes Diana y músico o el malvado Fauno. En Cauchemar et doux reve aparecen de nuevo criaturas malignas como demonios o gnomos y personajes de cuento como princesas que sueñan con príncipes y hadas del lago ¡todo muy de cuento artúrico!
En Les cocottes en papier, de 1908, Segundo de Chomón, rinde homenaje¡otra vez! a Georges Méliès con la presencia de un mago en un espectáculo público. Sobre una mesa coloca una caja mágica de la que sale un arlequín y varias pajaritas de papel. Después aparecerán varias bailarinas que danzan alrededor de una gran pajarita.
Cualquiera esperaría que el cartel de películas como Viaje a la luna, de Georges Méliès y Excursión a la luna, de Segundo de Chomón, fiel copia de la misma, rodada pocos años después utilizarían como reclamo la mejor y más espectacular escena, aquella en la que el cohete cae en una Luna con rostro humano, ya se en un ojo o en la boca, pero no. En vez de eso se ha optado, V. Lorant-Heilbronn lo ha hecho, por una imitación de lo visto anteriormente. Varias personas son atacadas por unos selenitas, con un aura especial que les rodea, en un bosque de setas, en realidad una gruta con brillos dorados y colores bastante escasos pero muy vivos.
Por último no nos podemos olvidar del Gato con botas, un personaje mítico que en 1908 también de la mano de Albert Capellani tuvo su película. Al servicio del hijo del molinero idea un plan para que este pueda finalmente casarse con la hija del rey, presentándolo como el marqués de Carabás. Entre todas las aventuras destaca su lucha contra el ogro y el salvamento de su amo que se arroja a las aguas de un río por consejo suyo al paso del cortejo del rey. En el cartel de Vincent Lorant-Heilbronn se representa esta escena con el joven y su rescate a la vista de la futura enamorada con un gato más pequeño en estatura que el molinero, algo distinto a lo que se puede ver en el corto de 12 minutos.
Los obreros de las fábricas se rebelan participando en huelgas que cada vez son más violentas en Francia. Unas greves, como la de 1905 del mismo Ferdinand Zecca que acaban con heridos y muertos en las calles, un clima de terror que puede verse reflejado en un cartel como este, de V. Lorant- Heilbronn con cargas policiales a caballo y disturbios y destrozos varios, como por ejemplo cristales rotos de las ventanas y puertas tiradas a golpes. En la parte superior se representa a la justicia con la balanza y a las dos partes en conflicto, los trabajadores y los empresarios, unos visten la pobre ropa de trabajo y posan junto a un yunque mientras que los otros llevan un rico traje y tienen bajo sus pies, una gran cantidad de monedas de oro.
CONTINUARÁ....
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