¡Hoy nos vamos al cine!  THE BRUTALIST



                                                      La dura vida del emigrante


No sé si The Brutalist va a ganar el Óscar a mejor película, lo que si sé es que a mí no me parece la mejor película del 2024. Pese a que tiene algunas escenas y momentos muy buenos en cuanto a la interpretación, experimenta con tomas y arte visual interesante y cuenta con un guion fuerte y sin lagunas, nunca llegué a conectar con la historia de este arquitecto judío y húngaro que emigrado a Estados Unidos, tuvo que ganarse las habichuelas a costa de perder salud mental y física. Debilitado y magullado por su cruel y terrorífica experiencia en campos de concentración nazis, cuando llegó a su nuevo destino volvió a ser herido esta vez por una mentalidad poderosa que veía en el dinero la mayor fuente de inspiración y talento cuando esta brillaba por su ausencia. Adrien Brody es el László Tóth que huía de un terror europeo abandonando a su familia y encontró un horror mayor en Filadelfia, primero al lado de su primo Attila y su esposa y más tarde junto al mecenas y millonario Harrison Lee Van Buren que se aprovechó de su arte y arquitectura para levantar un centro comunitario junto a su mansión que glorificara a su difunta madre pero que el artista y maestro usó como expresión de aquello que lo martirizó en otro continente. Su gran obra con brutales muros de hormigón, bello mármol de Carrara y luz que respira en los altos techos y habitaciones pequeñas ¡como los habitáculos del campo de Buchenwald! se convierte en un recuerdo de memoria colectiva del sufrimiento judío en el Holocausto. Estados Unidos es un lugar pecaminoso y venenoso capaz de pervertir a cualquier ser humano, de convertirlo en su peor versión. El maestro arquitecto huyó de allí como antes huyó de la guerra, buscando una redención para su persona y espíritu que sanara finalmente su alma. Acompañándolo en este viaje de pesadilla en un pais maldito, con visiones y ensoñaciones distorsionadas, además de su esposa enferma Erzsébet y su sobrina muda Zsófia, también está su amigo y compañero de fatigas Gordon o el anarquista italiano Orazio que le ayudan en su trabajo.






              



Son tres horas y media divididas en dos partes claramente diferenciadas por un intermedio de 15 minutos que se agradece. Dos películas en una pero con un hilo conductor único que las une. Un corazón que late rápidamente emocionado en la génesis y alumbramiento de su obra y que envejece y languidece cuando el agotamiento y el dolor marcan el camino y arrugan y debilitan la piel del proyecto ¡ni la heroína puede ralentizar el paso del tiempo! 




                     



The Brutalist parece a veces un documental con imágenes de archivo que sorprende al espectador, un viaje en autobús, tren o góndola en Venecia, en primera persona que cuenta no solo la vida del hombre estudioso de la alemana Bauhaus con caída en los Infiernos y renacimiento en Jerusalem sino también la falsa y "tolerante" aceptación americana del emigrante judío en posguerra. La luz reflejada en el templo religioso o hijo de piedra de László Tóth llamado Doylestown, es la cruz que muchos aún llevan sobre sus hombros y expiación de unos pecados que cargan sobre sus hombros. 



                    



Brady Corbet dirige y erige un monumento en unos tiempos en los que precisamente los emigrantes están siendo protagonistas en la política actual de Donald Trump. No es una bola de papel arrugado destinada a ocupar el fondo de una papelera sino un dibujo en dos dimensiones estudiado en plano, llevado a la gran pantalla de un cine, en alzado.



Ficha Técnica: Título original: The Brutalist  Dirigida por: Brady Corbet. Nacionalidad: Estados Unidos. Duración: 215 minutos. Distribuidora: Universal Pictures. Presupuesto:9,6 millones. Recaudación: Hasta este momento, 11,7 millones.

Ficha Artística: Adrien Brody, Felicity Jones y Guy Pearce.








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