CUANDO LA PINTURA ENCONTRÓ AL CINE
Congelados en palacio
¿Quién es Cory Loftis? ¿Y qué lo convierte tan interesante en la industria del séptimo arte?
Este artista visual que vive en el sur de California y participa en producciones de animación made in Disney consiguió en 2013 con Frozen que entráramos en contacto con algunas pinturas conocidas y otras no tanto, vistas de la manera que él y el estudio estadounidense querían.
Al comienzo del musical, la princesa Anna de Arendelle recorre feliz el palacio sabiendo que ese es el día de la coronación de su hermana Elsa y las puertas del mismo se abren al mundo por primera vez.
Es en ese momento cuando la joven huérfana de padres canta "For the First Time in Forever" y el pequeño museo de la sala de retratos exhibe sus pinturas para nuestro deleite. Entre ellas se encuentran por orden de aparición, La danza de los campesinos, de 1568, obra de Pieter Brueghel el Viejo (1526/1530-1569) que en la actualidad se encuentra en el museo de Historia del Arte de Viena (Austria) Brueghel representa grandes figuras monumentales de estilo italiano que introduce en una escena campestre de tradición flamenca. Es claro el sentido moralizante con alusión a tres de los siete pecados capitales como la gula, la ira o la lujuria. Es un día de fiesta, como el del film y por ello los personajes bailan despreocupados al son de la música de un gaitero mientras dan la espalda a la religión con la imagen de la Virgen que cuelga del árbol.
El segundo cuadro que Anna ve e interactúa con él es el de El picnic, del pintor Auguste Serrure (1825-1903) Aquí, los dos protagonistas se encuentran tumbados en un bosque mientras uno de ellos toca un acordeón, en el original el instrumento musical es de cuerda y está colocado al lado de la pareja protagonista.
El tercero es La pareja de baile, creado en 1660, por el artista neerlandés Gerard ter Borch (1617-1681) Este pintor de género y retratista, se distingue por amar el dibujo al que presta gran detalle y la expresión de actitudes con uso de un cromatismo rico y claro además de un detallismo extremo que sobresale en las telas, en este caso el del vestido de esta joven cortesana al que un oficial le hace una reverencia.
Una cuarta obra se cuela en esta canción o El jaleo (bailarina española) de 1882, con autoría del artista estadounidense John Singer Sargent (1856-1925) o el llamado "principal retratista de su generación" y ubicación real en el Museo Isabella Stewart Gardner de Boston. En esta ocasión vemos a una bailarina andaluza danzando flamenco mientras tocan la guitarra y las palmas sus acompañantes detrás suyo ¡sentados en butacas de madera! Más fiesta en un día de celebración en Arendelle.
La penúltima pintura hace referencia a la conocida obra del pintor rococó framcés Jean-Honoré Fragonard (1732-1806) El columpio, de 1767. Anna se convierte en la sensual y refinada dama que se columpia en un jardín y es empujada por su viejo marido mientras abajo, su amante la observa sonriente pudiendo ver su ropa interior. Uno ocupa un primer plano entre arbustos y flores mientras que el otro queda relegado atrás, en las sombras, junto a una estatua con dos pequeños Cupidos y un delfín con referencia al nacimiento de Venus y el amor ciego. Otro Cupido sobre pedestal hace un gesto de silencio con sus dedo y boca buscando la complicidad de aquel que observa la escena. Este óleo se conserva en la Colección Wallace, un museo localizado en Londres.
Por último cabe mencionar la obra La esposa de Potifar muestra el manto de José a su esposo, del artista y grabador neerlandés Lucas van Leyden (1494-1533) una de las cinco estampas de la serie de bíblica La historia de José, de 1512. La escena en sí muestra al oficial del faraón al que su esposa le muestra la túnica de José del que dice que intentó acostarse con ella y ella al gritar, hizo que este saliera huyendo dejando su ropa en las manos ¡un engaño por parte de esta adúltera mujer que deseaba estar con José y fue rechazada por él!
Anna está feliz y alegre y por ello canta en este lujoso interior, primero saluda al campesino antes del baile, se acuesta junto al músico en el picnic, tocándole sus manos, se deja besar la mano izquierda por parte del oficial, baila una danza flamenca, no pierde su zapato en el columpio y se convierte en la esposa de Potifar sonriéndole a su marido.
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