¡Hoy nos vamos al cine!     LA HUELLA DEL MAL

                                                         La violencia es ancestral

Hace 800.000 años en Atapuerca los hombres primitivos cazaban y vivían salvajemente. En el siglo XXI, en ese yacimiento español, se ha encontrado un cadáver en el CAREX o Centro de Arqueología Experimental. Hace 6 años ocurrió lo mismo y el caso no se resolvió, escapando el asesino y rompiendo la pareja de policías de Silvia Guzmán y Daniel y Daniel Velarde.

De nuevo los dos se reencuentran en las mismas circunstancias y asesinatos con el mismo modus operandi, una mujer en posición fetal y con polvo rojo alrededor del cuerpo como si fuera parte de un ritual prehistórico. La investigación avanza lentamente y los sospechosos del pueblo vecino burgalés se amontonan en jefatura pero ninguno parece ser el responsable directo de esas dos muertes. La desaparición de algún cabo suelto y las pruebas recortadas no ayudan a los inspectores que andan como pollos sin cabeza. Para agravarlo todo, la pareja tuvo un romance en el pasado que no llegó a buen puerto y que ha dejado heridos de muerte a ambos con secuelas difícil de resolver. 

Violencia, drogadicción, voyerismo y sexo desenfrenado se dan cita en esta película policíaca donde además se dan lecciones sobre prehistoria pero con algunas imprecisiones evidentes ¡las licencias de Manuel Ríos San Martín! 

Vida moderna con móviles, ordenadores e internet mezclada con vida prehistórica y clases prácticas que recuerdan a sectas oscuras y comportamientos perturbados sin solución. Propuesta, a imitación de productos pasados de éxito, con policías valientes en entornos desfavorables y hostiles y caníbales sádicos solos o en grupo que hacen de la maldad humana una constante. Secretos de pueblo que salen a la luz, misteriosas prácticas sin asesoramiento y masters del universo, con cuchillo y tenedor a la luz de la luna.

¿Sorpresas finales? ¿Giros inesperados? Todo es posible en la viña del Señor. Estamos ante un film de suspense y aquí cabe de todo. Lo que parece a veces, en ocasiones no es y lo que no vemos, puede dar con la tecla adecuada. No nos creemos a esta Blanca Suarez sin expresión que como un Lázaro cualquiera resucita bajo techo, tampoco a ese macho alfa que parece a veces sentir y otras dejarse llevar por sus bajos instintos. Ese es el mayor problema de una película que cojea en interpretaciones y basa todo su guion en un romance imposible y fake que no conecta con el espectador. Las localizaciones al menos nos hacen viajar a Atapuerca ¡algunos lugares visitables y otros no! y nos permiten andar por algunos caminos en donde hace cientos de miles de años, el hombre sobrevivió en una naturaleza tan bestia e inhumana como él. Los restos fósiles que dejaron no fueron solo una huella arqueológica o paleontológica, fueron el origen de un ser humano de hoy con defectos y alma corrupta liberada que grita su verdad y que no entierra el hacha de guerra.